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Viajando hacia el oeste desde Almazán,dudé en desviarme hasta Berlanga de Duero para ver su castillo,pero decidí continuar camino,cumpliendo así con el plan que había previsto inicialmente,y evitando de esa manera incurrir en falta de un tiempo que necesitaríamos tal vez más adelante.Después de dejar atrás Burgo de Osma (la antigua Uxama),nos dirigimos al norte hacia Ucero (restos de castillo medieval),pueblo ya dentro del espacio natural,en la provincia castellana-oriental de Soria,donde está el Centro de Interpretación y que es la entrada sur al parque.A partir de Ucero se recorren unos pocos kilómetros en dirección norte hacia San Leonardo de Yagüe (todavía población soriana),hasta encontrar un desvío a la izquierda,perfectamente indicado,de donde parte una carretera estrecha pero bien asfaltada que se va adentrando en la parte del cañón más llamativa.Al llegar a una zona arbolada,donde hay una fuente,está habilitada una zona de aparcamiento y a partir de ahí una pista de tierra lleva hasta la ermita de San Bartolomé,románica cisterciense,que formó parte de un monasterio templario de la Orden de Calatrava.El río tiene muy poco caudal y el camino se hace entre las espectaculares paredes calizas,a ratos a la sombra de los árboles de ribera (alisos,sauces y chopos sobre todo),y acompañados por el leve rumor del viento,los sonidos de los cantos y trinos de los pájaros y el croar de alguna que otra rana,mientras en el cielo,despejado y de un precioso azul,sobrevuelan las rapaces.La sensación es realmente mágica,como si el tiempo se detuviera.Sobrecogen la belleza y la serena paz que emanan de ese espacio,y en el recorrido hacia la ermita nos cruzamos con unas pocas personas,caminantes de ojos curiosos como nosotros,a las que saludamos educadamente,y sorprende que la mayoría no hablen nuestro idioma.Al llegar a la ermita,a su izquierda,en una zona ligeramente elevada,las rocas han sido erosionadas caprichosamente.El templo está en un lugar estratégico,perfectamente en armonía con el entorno.Noestá abierta,por lo que debemos conformarnos con ver su exterior,del que llama la atención el rosetón,que presenta elementos mudéjares.Dejando atrás la ermita un puente de madera salva el rio y continúa adentrándose por su curso,hacia la izquierda.A la derecha en los farallones,se abren dos cuevas,una grande y otra más pequeña en las que un cartel informa de la existencia de grabados rupestres en el interior.Entro a la mayor e investigo,pero la oscuridad y la ausencia de linterna me impide hallarlas.Regreso hacia la luz y desandamos lo andado.Estamos relajados y satisfechos,admirando la belleza que la naturaleza nos ofrece.A ratos nos detenemos para contemplar el vuelo de las grandes aves,que a simple vista no logramos identificar,pero que nos parecen buitres.En ese momento ya tengo decidido que un día volveré con más tiempo para realizar una caminata mucho más larga y agradecida.Hace unos años nos alojamos en otro viaje en el Hotel Virrey Palafox en Burgo de Osma,del que guardamos buen recuerdo,y pienso que otoño,con su especial colorido,puede ser la mejor época para la mencionada intención.Tras recoger el coche continuamos camino hacia el norte,subiendo paulatinamente por el lado norte de una de las paredes que forman el cañón,ofreciéndose a nuestros ojos el paisaje de pinos y sabinas y las vistas hacia el interior del cañón,del que acabamos de recorrer una parte,y del pueblo de Ucero al fondo,con su castillo en una loma.No paramos hasta el pueblo de San Leonardo de Yagüe,donde nos refrescamos en una terracita,antes de continuar camino hacia Hontoria del Pinar primero,ya en la provincia de Burgos y todavía dentro del parque y Santo Domingo de Silos después.Todo merecía ser fotografiado,pero la inoportuna avería de nuestra cámara no lo permitió.Lo llevamos grabado en la memoria y ese recuerdo ya forma parte de nuestras vidas.Como ya manifesté antes,tengo la firme convicción de que un dia volveré.Siguiente punto de interés: Santo Domingo de Silos.
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