"E lucevan le stelle...
ed olezzaba la terra...
stridea l'uscio dell'orto...
e un passo sfioraba la rena...".
Y lucían las estrellas...
y olía la tierra
chirriaba la puerta del huerto
y unos pasos rozaban la arena...
Entraba ella, fragante,
caía entre mis brazos...
¡Oh! dulces besos, ¡oh! lánguidas caricias
mientras yo, tembloroso
las bellas formas desataba de los velos....
Se desvaneció para siempre mi sueño de amor...
la hora ha pasado...
¡y muero desesperado!
¡y muero desesperado!
¡y yo nunca he amado tanto la vida...!
¡tanto la vida...!.
El genial compositor Giaccomo Puccini nació en Lucca en diciembre de 1858. Sus dramáticas óperas solían contener bellísimas arias que han quedado para la posteridad. "La Bohème", "Madame Butterfly", "Manon Lescaut", "Tosca" o "Turandot" son algunos de sus grandes éxitos. Quizá la más famosa aria es "Nessun dorma" de Turandot, pero a mi me gusta por su evocación y sentido "E lucevan le stelle" de Tosca, donde el protagonista Mario, a la espera de su ejecución en el Castell de Sant' Angelo de Roma, recuerda a su amada Floria Tosca y sus encuentros amorosos, para acabar expresando su amor por la vida ante la inminencia de la muerte...
