Tras el frío de primera hora,la luz fue abriéndose camino y el cielo maravillosamente vestido de azul fue alumbrando una mañana radiante.Aquel hombre,tras su paseo matutino,se apostó en el banco de costumbre,cerca del parque infantil,disfrutando de los rayos de sol,que aún sin apenas fuerza,iba descubriendo los colores que habían permanecido ocultos durante la noche...
El ánimo del hombre,ya entrado en años,no era el mejor.A ello contribuía el hecho de que el parque,a esas horas todavía tempranas,permanecía vacío,resaltando susoledad.Se sentía melancólico,rememorando a su esposa,fallecida hacía tres años,y a la que echaba tanto de menos...y también se sentía molesto consigo mismo,con su estúpido carácter tan impulsivo y agresivo,que le llevó a discutir airadamente con su único hijo y con su nuera,perdiendo su contacto y con él,el de su añorada nieta,tan simpática y pizpireta,que tanto le alegraba una vida que ya enfilaba casi su último acto...
Había sucedido un martes y trece,para aportarle ese punto de superstición y casualidad al desagradable e infeliz momento de su ocurrencia,y precisamente en esa mañana radiante,de un veinticuatro de diciembre,once dias después de lo acontecido,todavía le estaba dando vueltas al asunto para buscar algún remedio e intentar acercarse a su familia.Había decidido tragarse el orgullo y pedir perdón,pero no estaba acostumbrado a hacerlo...le costaría mucho,sin duda.Se levantó pesadamente y con lentitud fue desperezándose los músculos agarrotados,iniciando el camino hacia su casa,dando un buen rodeo,como a él le gustaba,inmerso en sus propios pensamientos,mientras iba contemplando los árboles,la mayoría con su aspecto desamparado,desprovistos ya de sus hojas,escuchando el trinar de los hiperactivos pájaros y observando el deambular de los escasos paseantes,que parecían,como él,sentirse solos.
En una esquina,a la espera de que el semáforo se pusiera en verde,advirtió al otro lado de la calle una mujer con aire familiar.Se parecía en gran manera a su esposa y expectante,se detuvo y no cruzó la calle,escudriñando el rostro de ella a medida que se acercaba.Ella le dirigió una mirada inquisitiva y él se vió forzado a darle una explicación...le dijo que tenía un gran parecido con su esposa,fallecida hacía un tiempo y lamentó la falta de educación al mirarla tan fijamente.Ella sonrió y repuso que no tenía importancia,se presentó y charlaron agradablemente un rato,mientras el semáforo,indiferente a los problemas de los humanos,dirigía como un autómata el tráfico rodado y peatonal de la calle.Al despedirse,la mujer le dió un beso y le dijo que no se preocupara,que con toda seguridad su familia le perdonaría,y le aconsejó que disfrutara de todos los buenos momentos que la vida le deparase,y que no merecía la pena tomarse las cosas tan en serio...¡FELIZ NAVIDAD!...le gritó al poco,tras volverse hacia él!...¡FELIZ NAVIDAD!,respondió él con una sonrisa en la boca,agradeciendo a aquella desconocida la amable atención que le había prestado.
Con mejor disposición continuó su camino,y ya cerca de su domicilio observó a lo lejos a su hijo con su nieta en brazos,esperando delante de la puerta de su casa.Aceleró el paso y levantó el brazo a modo de saludo,mientras les gritaba...su hijo al verle dejó a la niña en el suelo y esta salió disparada,corriendo hacia el abuelo con los brazos abiertos,riendo con aquella risa contagiosa...él también corrió y se abrazaron alegres y felices del reencuentro...los bracitos de ella alrededor del cuello de él...¡abuelito,ven a ver el árbol de navidad de casa...!..,le decía al oído la niña,con esa ternura infantil que desarma a cualquiera...mientras lágrimas de alegría surgían incontenibles de los ojos del hombre.
No hizo falta decir nada más...su hijo simplemente le sonrió,con los ojos levemente húmedos y le dijo que habían venido a buscarle...para que pasara tan señalados días en su casa.
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