Ahora que está de vuelta Leopoldo de la palaciega y doblemente capitalina ciudad madrileña, se puede contestar a este polémico asunto; polémico y muy interesante para debatir...
Arturo Pérez Reverte es periodista y escritor. Ha sido durante años reportero de guerra y es miembro de la Real Academia Española. Es un autor de éxito y muchas de sus obras han sido llevadas al cine: personajes como el capitán Alatriste son ya mundialmente conocidos. Tengo que reconocer que no he leído ninguna de sus novelas, aunque descansa en una estantería de mi casa un ejemplar de "El Asedio", esperando su oportunidad; por tanto no poseo ningún juicio personal acerca de su estilo literario. Si he podido leer, por contra, alguno de sus artículos y tuve ocasión de ver alguna entrevista televisiva suya, y de ello puedo deducir que se trata de una persona de profundas convicciones personales, además de resultar un tanto polémico en sus opiniones. Sus grandes méritos, en todo caso, están ahí, como escritor de éxito, pese a que también se ha visto envuelto en un asunto de plagio por el que fué condenado en 2013.
Aunque el núcleo troncal de lo volcado en el correo de Leo es de la autoría de Pérez Reverte, una parte del mismo no se corresponde con publicaciones del escritor, sino que está recogido de un blog ajeno al mismo. No debemos, por tanto, atribuirle esa opinión en su totalidad como propia.
Arturo Pérez Reverte escribió ese artículo de opinión en el año 2010 en la columna "Patente de Corso" que publica en "XL Semanal" y se trata de una crítica al entonces presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, por la política de inmigración de su gabinete.
Hace unas semanas leí otro artículo, éste del historiador José Alvarez Junco, titulado "Historia y mito". Según el escritor y catedrático de la Complutense de Madrid, Historia y mito son dos formas radicalmente distintas de acercarse al conocimiento del pasado. La primera se basa en pruebas documentales que se interpretan a la luz de un esquema racional y aspira como rama del conocimiento a alcanzar el "status" de ciencia, a estar regida por la objetividad. Nunca será una ciencia pura porque se basa en datos interpretables, de origen subjetivo, y aunque en su confección misma posee mucho de narrativa o de artificio, pretende ser veraz. El mito, por el contrario, no es historia, no se puede contrastar, es un mero relato de ficción, pero pretende dar respuesta a nuestras dudas, es un "asidero existencial" de gran interés para entender las sociedades humanas: su objetivo es dar lecciones morales, ser el vehículo portador de los valores que vertebran una comunidad. La Historia tuvo su origen en el mito y ambos desempeñan la función de crear identidad y proporcionar autoestima: cuando las comunidades humanas aceptan e interiorizan un relato sobre su pasado común, cargado de símbolos, de significados, construyen a partir de él todo un marco referencial, al que se llama "cultura", en el que consiste su identidad colectiva y que proporciona estabilidad y seguridad a sus miembros. Alvarez Junco parafrasea a Richard Mckay Rorty cuando matiza que "la lucha por el relato del pasado es la lucha por la legitimidad", sustituyendo la afirmación de este último, que en realidad quería expresar que "la lucha por el relato del pasado es la lucha por el liderazgo político". De ahí se infiere la necesidad de crear un relato del pasado común, que sirva de nexo identitario con nuestra realidad actual, que la avale y justifique, y por eso mismo la Historia es objetivo claro de invención, manipulación y distorsión.
Arturo Pérez Reverte crea un relato, lo moldea a su gusto, le da forma más o menos literaria y con él pretende justificar su posición personal - actualizada en aquel año 2010 - sobre lo que entiende como una debilidad o falta de criterio político para detener la inmigración, en este caso de los árabes. Dice textualmente casi al final del mismo: "país imbécil, acomplejado de si mismo" al referir la falta de arraigo histórico o de recuerdo de un episodio - una batalla - que en su opinión "cambió la historia de Europa". Y lo hace además desde un prisma de lucha de religiones.
Ya apunté que Pérez Reverte parece un hombre de convicciones muy profundas; hace falta serlo para mostrarse tan convencido de la veracidad de unos sucesos que tuvieron lugar en 1212 tal como el los relata y hacerlo con el lenguaje florido que despliega. Yo, en mi modesta condición de P.D.M y de "impenitente dubitativo" acerca del saber - "dubium sapientiae initium"- con toda humildad voy a exponer una serie de inexactitudes u omisiones que, a mi juicio, contiene el mencionado relato:
- En aquella época hablar de españolidad (habla de "tres reyes españoles" ) queda muy bonito, pero escapa a toda lógica.
- Pone al rey castellano, casualmente el primer rey de la incipiente Castilla, como principal artífice, entroncando con la pretendida identidad nacional a partir de ese reino. Más adelante profundiza en esta idea ("milicianos como los de Madrid"), obviando que éstos eran una mínima parte de los concejos castellanos que aportaron tropas: ¿por qué olvida a las de Palencia, Medina del Campo, Segovia, San Esteban de Gormaz, Valladolid, Soria, Avila y tantas otras?. ¿Era Madrid una ciudad importante entonces?, ¿No será que la cita por tratarse de la capital de España hoy y asi dar pábulo a la pretendida continuidad de la idea de una España que nace en Covadonga, es heredada por Castilla y llega hasta nuestros dias?.
- En la misma línea habla de los "duros monjes soldados de las órdenes militares españolas". De nuevo la idea de "españolidad": las órdenes de Calatrava y Santiago se fundaron en el Reino de León (cuyo rey no acudió a la batalla), las de Malta, San Lázaro y el Temple no son peninsulares. Y por cierto, se olvida de la de Alcántara, que la funda un portugués de aquellos tiempos.
- El rey leonés, Alfonso IX, no acudió a la "cruzada" porque existía un derecho histórico de su reino sobre Tierra de Campos que no fué respetado por la emergente Castilla, a pesar de la intervención papal. En cambio si permitió que participasen en la batalla tropas de Asturias, Galicia y León.
- No dice nada de las tropas aportadas por el reino de Portugal. Los franceses rapiñaron en contiendas anteriores a la batalla, pero apenas intervinieron en Las Navas.
- Si los almohades llamaron a la "yihad" y los cristianos a la "cruzada", ¿que hacían las tropas almogávares (árabes sobre todo de Zaragoza) luchando en favor del rey Pedro II de Aragón?. ¿Nadie les dijo que era una guerra de "religión"?. Eran la principal fuerza aportada por catalanes y aragoneses, ¿por qué se olvida de ese "irrelevante" dato?. No era, aunque se pretende hacer ver, una mera "guerra de religión".
- Lo de "aqui, señor obispo, morimos todos", queda bien bonito, es bien verdad. ¿Qué fuente aporta esa leyenda?. ¿La escrita por el obispo Rodrigo Ximenez de Rada?. El obispo Ximenez de Rada, que lo era de Toledo, plagió a mayor gloria de Castilla en su Historia Ghotica o De Rebus Hispaniae la obra de otro obispo, Lucas de Tui, éste al servicio del reino de León, quien había emparentado artificialmente a los reyes de León con los de Asturias. El efecto perseguido era evidente: dotar a Castilla de una legitimidad, de una continuidad con la pretendida dinastía existente con anterioridad a la invasión musulmana de principios del siglo VIII. La usurpación e invención de la historia, como ya apunté antes. Pues bien, si esa es la idea, es preciso recordar que los visigodos se establecieron y dominaron la península provenientes de Europa Oriental (no eran, pues, peninsulares), y coexistieron con los suevos (Galicia y Asturias sobre todo), otro pueblo germánico, éste del norte de Europa (tampoco eran peninsulares).
- La pretendida división entre reinos cristianos (el policentrismo que defiende Juan Pablo Fusi) no se produjo a partir de una unificación previa cristiana: los visigodos eran "arrianos" hasta los tiempos de Recaredo y San Isidoro, apenas unos años antes de la invasión árabe. La unidad territorial visigoda, además, estaba en entredicho, ya que Roderic, que perdió la famosa batalla de Guadalete, usurpó el trono a su hermano el rey Agila II, quién conservó bajo su poder la parte nororiental peninsular. Del mismo modo no había unión entre los árabes, y desde el califato omeya hasta la conquista del reino nazarí de Granada, se sucedieron diversas invasiones procedentes de Africa (almorávides, almohades, benimerines...), que derrocaron a las anteriores.
- La idea de "Reconquista" de España tras la invasión árabe, como bien opinó José Ortega y Gasset es errónea: no se puede llamar reconquista a algo que llevó ocho siglos y no creó la unidad de España. En la península existió, como ya se dijo, una pluralidad de reinos cristianos y éstos tenían aliados en muchos reinos árabes vasallos. Lo que si es cierto es que la batalla de Las Navas de Tolosa fué decisiva para la ocupación de los importantes reinos del valle del Guadalquivir. El débil reino nazarí, radicado en Granada, duró casi trescientos años más, tras esa importante batalla, ¿cómo fué posible, si la superioridad cristiana era ya manifiesta?.
Arturo Pérez Reverte tiene todo el derecho del mundo a expresar sus opiniones, pero no es una persona cualquiera. Estamos ante un autor de éxito, ante un escritor cuyas opiniones tienen alcance, que dispone de una tribuna que le permite expresarse ante un importante número de lectores, muchos de los cuales atribuyen credibilidad a lo que escribe. Por ese mismo motivo sus opiniones se propagan velozmente por internet y su notoriedad es aprovechada por otras personas que en sus blogs manipulan, distorsionan y amplifican sus efectos. El escritor puede opinar, por supuesto, pero no lo debe hacer con argumentos históricos (muchas de sus obras se basan en hechos históricos) que interpreta tras omitir, modificar, ocultar, manipular o falsear datos. Pérez Reverte salpica, damnifica y ensucia la labor de historiadores que tratan de buscar la objetividad, la interpretación de la historia desde la difusa luz que les acerca a la veracidad, la labor de aquellos que de forma metódica, con gran dedicación y esfuerzo, tratan de aportar a la Historia, con mayúsculas, el rango de ciencia que otros echan por tierra.
En cuanto al fondo de la cuestión, debemos preguntarnos acerca de nuestros antepasados, de donde provienen los habitantes de la península ibérica y llegaremos a la conclusión de que fué motivada por diversas migraciones a lo largo del tiempo. Desde el minuto 1 de la historia del hombre en el planeta Tierra se han producido migraciones, y se seguirán produciendo, cada vez por más motivos, aunque preponderará el de la propia subsistencia. Por mucho que intentemos acotar con "nacionalismos" esa realidad, las migraciones se seguirán produciendo y su solución no es en absoluto fácil, porque se produce un evidente conflicto de intereses.
Muchas ciudades y pueblos peninsulares fueron fundados por colonizadores que se asentaron provenientes de otras zonas geográficas: ahi está la huella fenicia (provenían de oriente medio), la huella celta (que algunas fuentes insinúan que procedían de Anatolia), la todavía incierta en su procedencia huella ibera, los griegos, los indoeuropeos (muchos de más allá del Danubio), los romanos, los cartagineses del norte de África (en la actual Túnez...). La población en donde nació Pérez Reverte fué fundada mediante un asentamiento africano, ¡vaya por Dios!.
En definitiva, Pérez Reverte compara lo que fué una nueva oleada de la invasión militar árabe, realizada por los almohades, cuyo objeto era defender lo que entendían que eran sus posesiones (en realidad tomadas por la fuerza siglos atrás), con la inmigración actual (pacífica), referida a los árabes del norte de África; y opone la valentía, la unión, la vergüenza torera de entonces - atribuída sobre todo a los castellanos - a la actitud débil, pusilánime, dubitativa de los españoles de ahora. Viene a decir que "no hay cojones para impedir su entrada" y al inicio de su artículo afirma: "ese medievo fascista, etcétera...pero es posible que gracias a aquello...mi hija no lleve el velo cuando tiene que salir a la calle". Puede ser, no digo que no (aunque muchos países árabes, moderados, permiten a las mujeres vestir al modo occidental), pero para decir eso no necesitaba justificarse con un relato histórico manipulado y tendencioso. La Historia es otra, muy distinta de la que el (y muchos otros) pretenden.
En todo caso, lo que peor me parece es la actitud de este escritor para con sus semejantes: esa manifiesta "humana y fria indiferencia ante lo humano, ante el dolor humano, ante la tragedia humana", que en apariencia es incapaz de ver y entender.
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Despues de visualizar la derrota liguera del R. Madrid a pies de Sevilla, y como consecuencia la pérdida del campeonto, El Sr. Vituco me contó esta historia que os hago seguir.
Como sabeis es un poco moro y como tal se alargó algo disertando sobre los valores africanos, de lo contrario esta historia no sería tan larga.
A la vuelta de Cezanne os contaré mas cuentos.
Leo
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LAS NAVAS DE TOLOSA. De Arturo Pérez-Reverte.
La carga de los tres reyes.
Los americanos tienen El Álamo, Gettysburg,Los franceses Alesia.Los judíos, Masada.Los griegos, el Paso de las Termopilas.Los alemanes, los bosques de Teutoburgo.Los ingleses, Trafalgar.Los portugueses, AljubarrotaLos rusos, Stalingrado.Hasta los zulúes tienen algo... InsaldwanaY los españoles, debido a los traidores por un lado y los cobardes por otro, no tenemos...Las Navas de Tolosa, por insidiosaLa Batalla del Ebro, por fascistaLepanto, por intoleranteTenochtitlán, por genocidaBailén, por retrógradoAmberes, Breda, Northlinghen, por no herir sensibilidadesVillaviciosa, por no plural¿Sigo?Y un montón de ineptos, embusteros, interesados, desgraciados, chusma, incultos, maricomplejines,... traidores y cobardes (insisto) que han dirigido, dirigen y dirigirán las mentes... de los que se dejen, de esta gran nación que es España.Cuando paso cerca de Despeñaperros (sitio donde se despeñaron miles de perros invasores e impositores de sus ideas (políticas, religiosas, filosóficas, .... .), siempre salgo despotricando que no haya nada allí para conmemorar algo tan importante, tan épico, tan cristiano.He estado en Normandía, y estuvimos cuatro días viendo museos, cementerios, edificios históricos de la batalla de Normandía, en Estados Unidos de cualquier escaramuza sin importancia hacen un centro histórico con museo incluido, y aquí tenemos el 800 aniversario de lo que considero la batalla más importante de la historia de Europa (osea del mundo) y no hacemos nada.La carga de los tres reyes.
Por Arturo Pérez Reverte....Ya ni siquiera se estudia en los colegios, creo. Moros y cristianos degollándose, nada menos. Carnicería sangrienta. Ese medioevo fascista, etcétera. Pero es posible que, gracias a aquello,... mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle.Ocurrió hace casi ocho siglos justos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. El próximo 16 de julio se cumple el 798 aniversario de aquel lunes del año 1212 en que el ejército almohade del Miramamolín Al Nasir, un ultra radical islámico que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros.Tras proclamar la yihad -seguro que el término les suena- contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir una Europa -también esto les suena, imagino debilitada e indecisa.Los paró un rey castellano, Alfonso VIII. Consciente de que en España al enemigo pocas veces lo tienes enfrente, hizo que el papa de Roma proclamase aquello cruzada contra los sarracenos, para evitar que, mientras guerreaba contra el moro, los reyes de Navarra y de León, adversarios suyos, le jugaran la del chino, atacándolo por la espalda.Resumiendo mucho la cosa, diremos que Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas -tropas populares, para entendernos- y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón; que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora, a regañadientes y por no quedar mal, Sancho VII de Navarra se presentó con una reducida peña de doscientos jinetes -Alfonso IX de León se quedó en casa-.Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos de poco valor militar y escasa disciplina: chusma a la que el rey moro, resuelto a facilitar su viaje al anhelado paraíso de las huríes, colocó en primera fila para que se comiera el primer marrón, haciendo allí de carne de lanza.La escabechina, muy propia de aquel tiempo feroz, hizo época. En el cerro de los Olivares, cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de flechas de los temibles arcos almohades, intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el Corán, o hacía el paripé de leerlo -imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La vanguardia cristiana, mandada por el vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la primera línea enemiga y quedó frenada en sangriento combate con la segunda.Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras luchar igual que leones de la Metro Goldwyn Mayer. Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares como núcleo duro, sin lograr romper tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros -porque sintiéndolo mucho, señor presidente, allí los cristianos eran los nuestros-; que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban por la victoria, sino por la vida.Junto a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros templarios, calatravos y santiaguistas, revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando Alfonso VIII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano.El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.¿Imaginan la película?... ¿Imaginan ese material en manos de ingleses, o norteamericanos?.. Supongo que sí. Pero tengan la certeza de que, en este país imbécil, acomplejado de sí mismo, gobernado por políticos aún más imbéciles carentes de toda identidad... no la rodará ninguna televisión, ni la subvencionará jamás ningún ministerio de Educación, ni de Cultura, porque aquí no habría despelote ni mariconeo, sino gente real que por amar a su tierra luchaban a morir.¡Ojo! ¡Importante!Tardamos 8 SIGLOS, o sea, ¡¡800 AÑOS!! en echarles de la península, nuestra tierra! Fue por nuestra desunión, porque España la formaban distintos reinos y no uno solo. Combatíamos entre nosotros -como ahora con las 17 autonomías innecesarias- y no tuvimos un solo Rey, una sola nación, un único mando militar para expulsarles, de eso se aprovecharon durante ¡8 siglos! y ellos, los de la media luna sí que lo recuerdan, por eso se aprovechan, de nuestra actual desunión, para una segunda invasión silenciosa... bajo la permisividad de políticos de bajo perfil, acomplejados, miedosos de llamar las cosas por su nombre..., nada que ver con aquellos valerosos guerreros cristianos que combatieron y derramaron su sangre ¡para.... nada!Ellos recuerdan nuestra desunión, la misma que tenemos ahora y que muchos políticos fomentan. Y ellos lo saben... y de paso, se frotan las manos, se ríen y se aprovechan para su segunda invasión...Nosotros hemos olvidado la historia, pero ellos no.... mal asunto.Durante mucho tiempo fui todo lo que pude... ahora soy todo lo que quiero.
Arturo Pérez Reverte
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