23 septiembre 2012

SOBRE LOS RICOS, LOS POBRES Y LOS POLITICOS



Según el Sindicato de Técnicos de Hacienda, se consideran ricos en nuestro pais a aquellos que dispongan de un patrimonio minimo de 750.000 euros (excluida la vivienda) y perciban rentas anuales minimas de 600.000 euros. Son muy pocos pero están ahi, ajenos al drama de la crisis. Algunos se han llevado el dinero de España.
El salario minimo marca el umbral de la pobreza, establecido en España en 633 euros al mes, equivalentes a 7.596 euros al año. Se considera que las personas que no alcancen ese nivel están en riesgo de pobreza o de exclusión social. Algo más de 2 millones de personas en nuestro país son perceptoras del salario mínimo interprofesional.
Según el mismo Sindicato de Técnicos de Hacienda, casi un 60% de los asalariados en nuestro pais son "mileuristas" o se mueven en ese entorno. Esto supone que 10,8 millones de ciudadanos están en esta situación.
La pensión media por jubilación en España no alcanza los 900 euros al mes (unos 12.600 euros al año computadas las pagas extras). Son algo más de 4 millones de personas en esta situación.
Las cifras son espeluznantes: cerca de 17 millones de personas en España perciben rentas por debajo de 12.600 euros al año. Sabemos que la cifra de parados se acerca a los 6 millones. Desconocemos el número exacto de personas que en nuestro pais están cerca del umbral de la pobreza o están definitivamente asentadas en ella, pero intuimos que es elevada (me atrevo a decir que casi una de cada tres personas). La ayuda de familiares y la economía sumergida alivia y permite subsistir a estos ciudadanos, si bien lo último (la economía sumergida) tiene un efecto perverso sobre la recaudación de las administraciones y la redistribución de la renta.
En el anexo se comentan datos referidos a algunos ricos franceses, pero resulta ilustrativo y da una idea de como vienen funcionando las cosas de la economía y la fiscalidad en este mundo globalizado, si bien en una nación cuyos ciudadanos gozan de un mayor poder adquisitivo.
Resolver los problemas económicos, y por ende la educación, la sanidad y el bienestar de las personas es una de las tareas esenciales de todos los gobiernos. Los gobiernos asumen la gobernanza de todos los ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos. Es cierto que esa tarea es enormemente compleja y dificil de lograr si no hay criterios globales comunes; nuestro pais está dentro de la Comunidad Económica Europea y debe observar los criterios de convergencia comprometidos. Por otra parte la propia politica económica de la Unión debe guardar ciertas simetrías con las políticas de otras potencias, se ve en la obligación de coordinar sus movimientos. Sabemos que no es posible desmarcarse y tomar decisiones individuales que lo único que van a provocar es que vayamos a peor. Los Estados deben resolver cuestiones como la eliminación de los paraisos fiscales, rebajar drásticamente el fraude, limitar los excesos en los excedentes empresariales, avanzar en la homegeneización de la tributación, recortar las desigualdades económicas, redistribuir con más equidad las rentas y muchas otras más. Llegar a acuerdos no es fácil, siempre algunos deberán ceder en favor de otros y la generosidad desgraciadamente no abunda en el mundo.
En Europa hay una mayoría conservadora que dicta las políticas económicas a seguir: han apostado claramente por los ajustes, por la austeridad, especialmente en el sector público. Paises como Alemania,Francia y Holanda se las han aplicado a si mismos, por tanto los demás están obligados a hacerlo también. Los llamados paises periféricos (Italia, España, Portugal, Grecia e Irlanda) habían crecido en parte por las ayudas de la Unión, y habían limado diferencias entre rentas, pero desgraciadamente persisten sus desequilibrios y hay que asumir que no la han hecho bien. El resultado de aplicar ajustes en sus economías, tal como vienen recetadas desde el núcleo duro, lo estamos padeciendo, y a corto plazo no parece que vaya a mejorar. Mi opinión es que solo cuando se produzca un cambio político que desequilibre la actual correlación de fuerzas en Europa se llevarán a cabo políticas económicas y sociales que apoyen a los más desfavorecidos.
De vuelta a la situación en España ya quedó dicho que no puede desmarcarse de Europa, pero si puede limitar algunos efectos de las reformas negociando con los socios europeos. Hoy, gracias al apoyo de Francia e Italia las exigencias comunitarias se han suavizado. Los datos reseñados más arriba indican claramente que las rentas de la gran mayoría de los ciudadanos españoles son bajas, correspondiéndose la mayoría de esas rentas con las rentas del trabajo; es decir, que una amplia mayoría de trabajadores en nuestro pais obtienen rentas bajas. ¿Cómo es posible, entonces, que se promulgue una reforma del mercado de trabajo para limitar todavía más las rentas disponibles de los trabajadores?. Parece un contrasentido, ya que en el mejor de los casos habrá en el futuro más empleo, pero peor remunerado, y eso provocará que las rentas disponibles sean menores, que el consumo decaiga, que las empresas vendan menos, que sus beneficios bajen y que no puedan mantener el empleo: una peligrosa espiral. ¿Por qué entonces esta reforma?. Tal vez la respuesta está en los ricos, los propietarios no solo de grandes fortunas, sino también de los medios de producción, necesarios para asegurar el futuro de la mayoría de los ciudadanos del mundo. Si como parece desprenderse de actuaciones como las que aparecen en la noticia del anexo son insultantemente insolidarios, si hemos visto que gozan de privilegios fiscales vergonzosos, si su poder es tan grande como para obligar a los gobiernos a que acepten todas sus prebendas, si manejan a su antojo, en definitiva, la mayor parte de los recursos mundiales, ¿cómo van a consentir que el modelo cambie?. Estamos bajo el yugo de la dictadura del poder del dinero y sin embargo estamos ciegos o no lo queremos ver. Los gobiernos conservadores históricamente siempre han sido más proclives a políticas económicas que favorecen al mundo del dinero: siempre imponen dureza en la misma dirección, dejando a salvo los intereses de los más poderosos. Yo no me creo esa frase tan manida de que todos los politicos son iguales. Si repasamos la historia reciente de nuestra todavía joven democracia, comprobaremos que no es así. Puede que sea una utopía pensar que lo podemos cambiar, pero poniéndonos de la parte de los que apoyan estas políticas jamás lo conseguiremos. Está en juego nuestra dignidad como personas, nuestro futuro, el de nuestras familias y el de la mayoría de nuestros conciudadanos: como individuos sociales tenemos derecho a la discrepancia y a optar por formaciones políticas que promuevan medidas tendentes a la igualdad de oportunidades, a un modelo más social, equitativo y justo. La democracia, con ciudadanos más formados e informados, nos permite optar a la elección de un futuro mejor: un hombre (o una mujer), un voto. Vale lo mismo el voto de un rico que el de un pobre, el de un empresario que el de un trabajador, el del presidente de la Conferencia Episcopal que el de un ateo. 
Los ciudadanos tenemos la oportunidad, la responsabilidad y el deber de elegir bien. Hagámonos una pregunta: ¿si en Europa hubiese una mayoría progresista, las políticas económicas de ajuste y austeridad estarían asfixiando y agobiando a la mayoría de sus ciudadanos?. Reflexionemos sobre ello y no caigamos en el error simplista de pensar que "todos son iguales": los hechos de unos y otros están ahi, repasémoslos; tiremos de "hemeroteca" y comprobemos que han hecho unos y otros. Seamos racionales y objetivos.

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