El escritor y dramaturgo Ramón José Simón Valle Peña (
Ramón María del Valle-Inclán) vivió unos años en A Pobra do Caramiñal, a la que llamó en sus obras Viana del Prior. Ayudado económicamente por algunos amigos, entre los que se encontraba
Victoriano García Martí, ilustre pobrense, (y también escritor), residió en el hoy ruinoso Pazo da Mercé, muy cerca de donde se encuentra la casa en que nació mi madre. Cuatro de los seis hijos de Valle nacieron precisamente en mi pueblo.
Mi tia materna Maruja, la hermana mayor de mi madre, fallecida hace más de un decenio, conoció siendo niña al escritor, y en cierta ocasión me contó que los niños (por supuesto ella también), se burlaban a menudo de él, provocando su reconocido mal genio. El aspecto de Valle, vestido de negro, con sus largas barbas y su brazo manco, era blanco fácil para la habitual crueldad infantil y mi tía decía, recordándolo entre risas, que "era un tolo". Además de la crueldad infantil, estaba presente la también infantil ignorancia, pues entonces no sabía ella a quien dedicaba sus burlas. Desconozco si alguna vez leyó, tras aquel episodio, alguna de las obras del ilustre autor de tan extensa y lograda producción literaria, aunque me inclino a pensar que seguramente no.
Valle usó en buena parte de su obra del recurso del "esperpento", que le permitía deformar la realidad, recargando los aspectos grotescos de los personajes y las situaciones, o incluso del lenguaje.
Hoy nos referimos con el calificativo de "esperpento", o bien "esperpéntico" a cualquier espectáculo o manifestación pública grotesca, llamativa o escandalosa.
Por ejemplo, el tan conocido caso
Bárcenas, que hizo salir a la luz toda clase de comparecencias de prebostes del PP y en especial las protagonizadas por
De Cospedal, que no tienen parangón alguno en el mundo de las declaraciones públicas, si exceptuamos a
Ana Botella.
Desde la aparición de este asunto, en el año 2009, el partido ahora en el gobierno pasó de defender a ultranza a sus integrantes, imputados en el
caso Gürtel, a renegar de ellos, especialmente del ex-senador y ex-tesorero, tratando de aparecer ante la opinión pública como victimas de este y al tiempo tratando de hacer olvidar que durante muchos años desempeñó cargos de mucha importancia en el partido. El Partido Popular tenía ya mucha experiencia en estos temas, ya que en 1989 fueron imputados
Rosendo Naseiro y
Angel Sanchis, ambos ex-tesoreros, por un supuesto caso de financiación irregular y de enriquecimiento ilícito. El caso llegó al Supremo, que dictaminó que las pruebas que les incriminaban habían sido obtenidas por un asunto de narcotráfico y no dió validez a las mismas ya que no habían sido "validadas judicialmente" para el supuesto delito de financiación irregular o ilegal, por lo que las cintas grabadas (que eran la prueba esencial) fueron destruidas.
El poderoso aparato jurídico del PP evitó así un dictamen judicial inculpatorio, pero la sospecha de actuaciones presumiblemente ilícitas dentro del partido llevadas a cabo por sus tesoreros y dirigentes quedó al descubierto. El PP es, de largo, el partido con más afiliados en nuestro país, y siempre gozó de las simpatías y apoyo del mundo económico, brazo periodístico incluído. A su alrededor siempre revolotearon intereses económicos partidistas que buscaron el beneficio de los empresarios, via negocios o concesiones. No estamos, por tanto ante un caso aislado (el de Bárcenas), sino ante un hecho continuado en el tiempo, conocido en 1989, pero con toda probabilidad de existencia anterior.
El Partido Popular utilizó toda su artillería judicial y mediática contra la oposición en el asunto de Bárcenas: ahi están las manifestaciones de sus dirigentes contra el PSOE en especial, acusando de invención y mentiras a este partido. Bajo el fuego artillero cayeron el entonces ministro de Justicia y el juez instructor. Como en el asunto Gürtel, y en otros casos anteriores en los que lograron desinflar o enmascarar los escándalos, parecía que en el caso del ex-senador también sería asi, pero éste les salió rana y pretende llevarse arrastrados con su caída a todos los que pueda.
IGNORANCIA
No saber. Eso le ocurría a mi tia, siendo niña, que ignoraba a quien le estaba haciendo burla, a quien hería con su falta de respeto. Era niña y eso sirve de eximente: ella "ignoraba", "no sabía", "desconocía".
Pero, ¡ay!, la ignorancia es la madre de muchos males y "la negación es el argumento favorito de la ignorancia".
Muchas personas son ignorantes porque no han tenido oportunidad de estudiar, de desarrollarse intelectualmente. Esto es aprovechado para crear "sistemas" sociales injustos, donde se imponen jerarquías o clases, y también por las religiones, que jerarquizan las tradiciones sobre la razón.
Las clases sociales pudientes prefieren contar con sociedades fuertemente jerarquizadas, con las élites en la cúspide, y una amplia mayoría de ciudadanos trabajando a distintos niveles, con distintas (y generalmente insuficientes) retribuciones, que no les permitan "ascender" de nivel social. Se crean leyes y normas tendentes a mantener ese orden, permitiendo la existencia de sistemas represivos que las garanticen, tal como pretende el Gobierno con las sucesivas tandas de recortes de derechos fundamentales de la ciudadanía en materia de libertad de expresión y manifestación. La educación es muy importante para lograr que los individuos y las sociedades sean manejables y asuman su rol inferior y dependiente.
Los gobiernos conservadores lo tienen muy claro y siempre que pueden imponen dificultades económicas a las clases sociales más bajas para que no tengan fácil acceso a la educación: eso está ocurriendo ahora mismo con la contrarreforma educativa. La diferencia entre pueblo y populacho estriba en que el segundo es mucho más ignorante, dúctil y manejable: siempre seguirá a un líder, por muy lerdo que sea, aunque le lleve a la perdición; el populacho está compuesto por individuos que son incapaces de pensar y tomar decisiones por si mismos.
El gobierno destila un indisimulado optimismo. Parece ser que las cosas "van bien" y como dice el comandante Montoro ya no se habla de si va a tener lugar o no la recuperación económica, sino de "cuán grande va a ser". El mundo del dinero, los mercados e inversionistas, vuelven sus ojos a España, e incluso el
Sr. Puertas (Mr. Gates) ha adquirido una participación relevante en FCC. ¡Estamos de moda! para regocijo y patrio orgullo de los señores gobernantes.
¿Qué ha pasado?.
Veamos unos números:
PIB 2011....1.063.355 (mill. de euros)....PIB 2012....1.049.525 (-1,6%)
En el segundo semestre de 2013 la bajada interanual es también del (-1,6%).
Con esos datos podemos afirmar que nuestro pais no produce más que al final de la época del gobierno anterior. Nuestra renta per cápita ha bajado: no solo no hemos mejorado, sino que hemos empeorado...
Déficit público 2011...100.402 (mill. de euros) (-9,40% del PIB)....Déficit 2012....111.641 (-10,60).
En el segundo semestre de 2013 la cifra alcanza los 39.551 millones de euros (un -10,33% sobre el PIB). Son cifras de la contabilidad nacional, que indican que no se ha mejorado gran cosa, a pesar de que fué el gran caballo de batalla del PP para imponer todo tipo de recortes, a excepción de a los más pudientes, claro.
Deuda Pública 2011...736.468 (millones de euros)..el 69,30% del PIB.
Deuda Pública 2012...883.873 (millones de euros)..el 84,20% del PIB.
En el segundo semestre de 2013 la deuda alcanzó los 943.410 millones de euros, el 92,30% del PIB. Los españoles hemos pasado de tener una deuda "per cápita" en 2011 de 15.942 euros a los más de 20.000 de la actualidad. Cada vez estamos más endeudados.
No es necesario hablar de las cifras del paro, ni de los cotizantes a la Seguridad Social, ni tampoco es necesario hablar del fondo menguante de esta última, utilizada ya en dos ocasiones para las pensiones...
¿En qué hemos mejorado?.
Pues exportamos más, aunque esta tendencia se va ralentizando, y se ha equilibrado la balanza de pagos, como consecuencia de la drástica reducción de los costes salariales. Y ahí está el "quid" de la cuestión: los capitales regresan a nuestro país porque se ha realizado una devaluación interna brutal, cargando el esfuerzo en los costes salariales y sociales. España es una "perita en dulce" para los inversores especulativos que pueden obtener pingües beneficios adquiriendo gangas con la connivencia gubernamental. Nuestros gobernantes han demostrado que incluso están dispuestos a cambiar las leyes o a permitir que se eludan los impuestos con tal de recibir inversiones.
Las empresas también han puesto su granito de arena: los salarios medios de los directivos han subido un 3,16% en 2012, los de los mandos intermedios se han congelado y los del resto de personal han bajado alrededor de un 1%, en la misma línea neoliberal que marca el Gobierno con su política laboral. ¿Podemos esperar algo positivo de la iniciativa privada, tal como pretenden quienes nos gobiernan?. Es obvio que no, muy al contrario, las desigualdades se irán acrecentando...
A la sociedad la incitan al consumo, a que acuda a centros comerciales sin pensar en otras actividades de ocio, a que los ciudadanos pasen horas delante de los televisores perdiendo miserablemente el tiempo para ser moldeados de manera conveniente como "ciudadanos-masa" sin inquietudes ni pensamiento.
Ignorar, no saber, no pensar...
NECEDAD
Aunque el necio es siempre un ignorante, se aplica mejor este adjetivo al ignorante, quién siéndolo, no hace nada por cambiar, no se esfuerza en saber o aprender teniendo la oportunidad de ello. El necio es terco, fatuo, estulto, imprudente y muchas veces incluso presume de ello. En la cultura española quedó acuñado aquel famoso "¡qué inventen ellos!".
Sócrates afirmaba que "la verdadera sabiduría reside en reconocer la propia ignorancia". Eso supone un acicate personal para leer, estudiar, comprender, abrir la mente a lo nuevo, razonar, evolucionar...
Montesquieu decía que "hay que estudiar mucho para saber poco", quizá por eso los españoles, tan prácticos y listillos siempre, prefieren ahorrarse el esfuerzo...
Nuestra sociedad asiste a los "espectáculos esperpénticos" sean políticos o de otra índole, desde la ignorancia y la necedad.
El corrupto partido que sostiene al gobierno de España tiene tentáculos en todo el entramado social de nuestro país. Lleva decenios gobernando en varias autonomías y en muchas ciudades y pueblos. Ha gestionado el dinero público y ha intervenido en la gestión económica de la mayoría de las cajas intervenidas por el F.R.O.B. y cuyo coste está asumiendo la sociedad. No existió, en la era democrática, más poder concentrado en un solo partido político como ahora: gobierno central, gobiernos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos, poder judicial (que no es independiente, por supuesto), grupos de presión económicos, medios de comunicación...
La acción de gobierno que ejerce se puede resumir de manera muy fácil: "gobiernan para una minoría, en contra de la mayoría". Es de prever que una parte de los simpatizantes o votantes del partido del gobierno lo sean de modo razonado y decidido, es decir, que les apoyen porque les va bien; frente a eso, salvo referirnos al hecho moral de actuar de modo partidista y en contra de la mayoría, nada hay que oponer, están en su derecho. Otra buena parte de los apoyos les viene dado por los ignorantes, lo sean de buena fe, o por otra circunstancia (siempre, claro está, preponderará la ignorancia sobre las demás), esos que entregan su voto esperando que les beneficie, aunque la historia siempre demostró que nunca fué asi. Pero...¿y esa gran mayoría de "necios" que les apoyan, a sabiendas de que les perjudican, de que lo están haciendo ahora mismo, poniendo en grave riesgo el presente y el futuro de sus familias?, esos necios que no quieren aceptar la realidad de la existencia de una batería de políticas destinadas a favorecer a los que más tienen en contra de los pobres, los humildes y las clases medias, ¿por qué los siguen apoyando?.
La necedad es la culpable de la existencia de sistemas injustos y corruptos; somos los ciudadanos los propios causantes de estos males que nos afectan, y lo somos porque en nuestra necedad actuamos exactamente igual que quienes nos gobiernan. No aspiramos a mejorar la sociedad y solo pensamos en nosotros mismos, somos individualistas, por eso, en nuestra insolidaridad, no queremos reconocer del daño que se está infligiendo a los demás: tan solo esperamos que a nosotros no nos toque, que pase de largo.
Ninguna persona es igual que otra, aunque nos parezcamos, y sin embargo somos capaces de actuar al unísono como borregos, todos de la misma manera, arrastrados por la nesciencia; a menudo escucho la desafortunada frase "todos son iguales" (no me cansaré de repetirla) referida a la clase política e incluso al resto de personas y frente a tan cacareada afirmación siempre digo lo mismo: esa forma de pensar beneficia sistemáticamente a los más corruptos e indignos, les sirve de cobertura, tapadera y justificación. Pensar así es la mayor necedad en la que podemos incurrir.
Joaquín Sabina comenzaba su canción "Nacidos para perder" con la siguiente estrofa:
"Soy del color de tu porvenir...
me dijo el hombre del traje gris...".
Si los ciudadanos no queremos formar parte de ese batallón de los nacidos para perder, debemos cambiar y esforzarnos: no podemos seguir siendo ni ignorantes ni necios. En ello nos va nuestro futuro y el de nuestros hijos, que no está garantizado, porque ninguno de nosotros pertenece a las élites, a las clases dominantes, y tenemos que ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente: no debemos seguirles este juego de cartas marcadas, este juego de trileros en el que siempre ganan los mismos y pierde la gran mayoría...
ooOoo
Tio, no jodas, estamos en Navidad.
Por cierto me encantó todo lo que has escrito, pero la ignorancia y los demas calificativos que usas, creo, no son acertados.
Sabemos que la incultura es temporal, si queremos. Por lo que pienso en que somos estúpidos, y esto si es para siempre.
Salta a la vista que siempre es igual.
Leo