09 septiembre 2011

Los Vecinos



Estoy muy cansado,llevo ya varias horas apostado detrás de la puerta de mi piso y todavía no han aparecido.Creo que se han olido la tostada...

Mis vecinos,me refiero a los de al lado,justo a la izquierda,tienen señalada su puerta con la letra "I". Nos conocemos desde que nos mudamos a esta vivienda,ya hace unos cuantos años. Al principio todo era normal,nos saludábamos cortésmente y nos preguntábamos por la familia: ellos tienen una hija y nosotros dos,ambas ahora mayores e independizadas. Las conversaciones eran las habituales entre vecinos y siempre se dirigían a nosotros por nuestros nombres,con una amplia sonrisa en la cara. El es ligeramente más alto que yo,y suele ir con barba descuidada de días;no habla mucho y siempre queda en un segundo plano cuando está presente la esposa, a la que le deja todo el peso de las conversaciones. El dato más llamativo de la esposa es su acento,que parece sudamericano,aunque no sé precisar de que país, quizá Argentina o Uruguay. Tenían la extraña manía de cerrar siempre con doble llave cuando entraban o salían de casa. No es normal que alguien al entrar en su domicilio cierre con llave, salvo que ya se vaya a dormir,así que se lo dije a mi mujer...

-Tendrán esa costumbre,no le des importancia-me dijo. Pero yo no quedé muy convencido. "Seguro que ocultan algo"-pensé entonces.

Con el tiempo crecieron nuestras hijas, las de ambos matrimonios,y crecieron mis dudas acerca de los vecinos.Nunca discutían,siempre estaban de buen humor,con aquella boba sonrisa en los labios.

-Todos los matrimonios discuten-le dije a mi mujer,-y ellos no:fíjate en los vecinos del "K",dan portazos,discuten acaloradamente y no cierran con llave.
-¡Pues será que los del "I" son más educados y se llevan mejor,no veo nada raro en eso...!-respondió mi mujer.Pero yo seguía con mis dudas.

Un día oí voces en el piso de los vecinos,así que me dispuse a pegar la oreja a la pared para ver si captaba algo,pero justo en ese momento empezó a sonar una flauta.Debía ser la hija quien tocaba,pues los sonidos eran los de un principiante,de alguien que estaba aprendiendo a tocar el instrumento.Las voces subieron de tono,pero el sonido de la flauta impedía pillar las frases.

-¡Ajá!-me dirigí a mi mujer-¡ahí tienes la prueba!,¡algo están tramando y utilizan a la hija como tapadera!,¡de ese modo no podemos escuchar lo que dicen!.
-¡Tú estás loco!-contestó ella-es simplemente que la niña está estudiando música y toca la flauta,y si ellos hablan es lo normal,¿no?.

Otro día coincidí con los vecinos en el ascensor,nos saludamos y ella comenzó a explicar que venían de Cangas,de visitar a unos familiares,y que ella había nacido allí.Luego habló del tiempo y de la comida que iba a preparar,pero enseguida nos despedimos al llegar a las puertas de nuestras viviendas.Como siempre ellos cerraron con llave.

-"Humm"-pensé-"conque dice que es de Cangas y tiene acento sudamericano"-y se lo comenté a mi mujer.
-¿Y qué pasa si tiene acento sudamericano,es que no pudo ir a vivir a sudamérica,como tantos otros y pegársele el acento?.

Mis sospechas seguían,y en otra ocasión volvieron a escucharse voces en el piso de los vecinos,pero esta vez acallados por el sonido de un violín,pues al parecer la hija ya estaba estudiando otro instrumento.Yo estaba totalmente convencido de que aquello estaba hecho a propósito,pero no le comenté nada esta vez a mi mujer,ya que siempre se ponía de parte de los vecinos y no veía nada extraño en su comportamiento.Cuando yo regresaba del trabajo,por las tardes,quedaba vigilando tras la puerta de entrada a nuestro piso,a la espera de que los vecinos llegasen.Cuando lo hacían me quedaba observándoles por la mirilla: nunca hablaban,abrían la puerta de su casa,la cerraban tras de si y pasaban la llave dos veces,y siempre se repetía la misma historia.Como me cansaba,al estar tanto tiempo de pie,coloqué una silla al lado de la puerta:así estaba más cómodo y si entraban o salían los vecinos tenía tiempo de sobra para espiarles por la mirilla.

-¡Pero bueno!,¿qué haces con la silla al lado de la puerta?-preguntó mi mujer,cuando me sorprendió al entrar en casa.
-¡Estoy controlando a los vecinos,me parece que andan metidos en algo raro!-contesté yo con decisión.
-¡Oye...!,comenzó mi mujer en tono contenido y conciliador-yo creo que deberías tranquilizarte e ir pensando en acudir al médico-añadió.-Estás obsesionándote con los vecinos y cada vez sales menos de casa.Además tienes mal aspecto y has adelgazado mucho-remató.Yo no contesté nada,pero al cabo de un rato fui al cuarto de baño y me miré al espejo:efectivamente tenía mala cara y estaba sensiblemente más delgado."Es por culpa de los cabrones de los vecinos"-me dije a mi mismo.

Cada vez dormía peor,me levantaba por las noches y aguzaba el oido para ver si captaba algún sonido en el piso de los vecinos.Paseaba de un lado a otro,a la espera de alguna señal,pero nunca ocurría nada.Un dia encontré a los vecinos despidiéndose de mi mujer en el portal,con una confianza que me pareció sospechosa.Al llegar a casa le pregunté de que habían hablado...

-¡Ah!,pues de nada en particular-contestó ella.
-¿Cómo qué de nada en particular?-respondí con fiereza.¡Nadie habla de nada en particular!,¡siempre se habla de algo concreto!,¿de qué estábais hablando?,¡dímelo!-grité como un poseso.
-¡Por favor,cálmate!-dijo en un suspiro-¡de verdad no hablábamos más que de cosas sin importancia,le pregunté por su hija...!
-¡Y qué más!-grité cada vez más fuera de mi.¿Qué me ocultas...?.
-¡No te oculto nada!-¡Me tienes harta con tus manías...creo que me voy a ir de casa una temporada...hasta que abandones esa estúpida idea sobre los vecinos!.

Y dicho y hecho:al dia siguiente se marchó de casa,dejándome más solo que la una."La han abducido"-pensé."Los vecinos deben ser unos extraterrestres que están tomando control de nuestras vidas,y ya han captado a mi mujer,y sabe Dios a cuántos más"-razoné.Decidí seguir a los vecinos en sus salidas para saber el lugar en donde habían dejado su nave,pero los recorridos,aparentemente,eran normales: él dejaba primero a la esposa en el colegio donde daba clase y posteriormente se dirigía al edificio de los Juzgados,en donde trabajaba.Sin vestigios de la nave."Pero han escogido actividades clave para su propósito:la educación y la justicia"-pensé yo,cada vez más convencido de mi teoría.

Paulatinamente dejé de ir al trabajo,descuidé mi aseo e higiene personal,vestía siempre la misma ropa,comía cada vez peor,a base de latas y comida industrial,no estaba al tanto de las noticias,no atendía las llamadas telefónicas,no recogía el correo y toda mi energía la dedicaba a espiar a los vecinos.Ya apenas salía de casa,dado que no lograba nada positivo;sólo confiaba en pillarles alguna conversación que me diese pistas sobre su procedencia,actividad y fines.Cierto día,en que me decidí a recoger el correo,ya que el buzón estaba atestado de cartas,comprobé que había una con el membrete de mi empresa: la abrí,temiendo lo peor,y efectivamente,con muy buenas palabras e invocando no sé que articulos del Convenio Colectivo y del Estatuto de los Trabajadores,me ponían de patitas en la calle,debido a "reiteradas e injustificadas faltas de asistencia al trabajo".Definitivamente los vecinos "me estaban jodiendo la vida".Sali a la calle para airearme,pues estaba de un humor de perros,pero enseguida advertí que la gente me miraba de reojo e incluso algunos me señalaban con el dedo acusador desde lejos.Vi a un conocido y quise acercarme,pero él evitó la aproximación levantando una mano en clara señal de "stop".No sé si me reconoció o no,pero ya no intenté ni hablarle y continué mi camino.Por donde pasaba se repetía la misma historia: me evitaban,me miraban mal,rehuían mi contacto,murmuraban entre sí,incluso los perros me ladraban e intentaban perseguirme...-"está claro que ya se han apoderado de la mente de todos"-pensé angustiado-"debo ser el único de la especie que resiste".

Llegué a casa presa del pánico y puse el televisor."Nada de nada,las noticias eran las de siempre". Alarmado encendí la radio y fui cambiando de cadena-"exactamente como en la tele,todo normal". Ya sin control me eché a llorar: "los vecinos y sabe Dios cuantos extraterrestres más lo controlan ya todo,y los medios de comunicación simulan que todo es normal,han pasado a sus manos..."-pensaba yo,angustiado y con la amargura de saberme el único individuo que todavía no me había plegado a sus sórdidos fines. Había perdido a mi mujer, a mi familia, a mis amigos,el trabajo, ya carecía de toda actividad social, estaba solo en el mundo...¡totalmente sólo!. Me encontraba débil,muy débil, ya no tenía alimentos y me costaba una enormidad moverme.Con mucho esfuerzo me aposté en el recibidor,al lado de la puerta de entrada,en el puesto de vigilancia que había montado, provisto del mayor cuchillo de cocina que encontré. Sentado en la silla,abatido y cada vez más débil,esperaba el momento en que los vecinos irrumpiesen en mi domicilio: no se lo pondría fácil,desde luego...pero mis ojos se cerraban,mi cuerpo se iba relajando,y a pesar de mis esfuerzos por permanecer alerta fui cayendo, cayendo, cayendo...

Cuando volví en mi no sabía en donde estaba.Fui tomando conciencia de mi situación: tenía una mascarilla puesta,una serie de tubos salían de mi cuerpo hacia unas máquinas que emitían diversos pitidos intermitentes. Tenía la sensación irreal de flotar,de no ser enteramente dueño de mi cuerpo, pero no sentía ningún dolor físico, aunque era prácticamente incapaz de moverme y sólo conseguía girar lentamente la cabeza. De inmediato aparecieron delante de mis ojos las bobas y sonrientes caras de los vecinos: "Hola,no te alarmes,estás bien..como no dabas señales de vida llamamos varias veces al timbre de tu casa, pero nadie abrió. Llamamos a tu teléfono pero no cogías las llamadas...así que nos decidimos a llamar a la policía.Te encontraron tirado en el recibidor,desvanecido y muy débil. Ya hemos avisado a tu mujer,que está en camino...no te preocupes...te pondrás bien,sólo tienes que descansar...".
Con los ojos cerrados noté como las lágrimas surcaban mi cara.Incapaz de moverme,inerme,indefenso,sólo alcancé a pensar: "perdí...perdí la guerra...los hijoputas de los vecinos me han transportado a su nave y me están preparando para la abdución...".Y me quedé allí, llorando mansamente,con la certeza de que ya todo estaba perdido...


Ediciones Fantásticas El Pedal
Narraciones de verano
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