09 septiembre 2011

INCIDENTE EN EL NAXOS STAR



El barco cabeceaba con cada golpe de mar.Yo estaba en cubierta,al lado del puente,observando con una mezcla de curiosidad y prevención las maniobras de los tripulantes,que se afanaban por mantener el rumbo.El capitán había consentido mi estancia alli,tras la última algarada ocurrida a bordo,en la que me había visto inevitablemente involucrado.Desde la nariz me goteaba la sangre que manaba de la herida que me habían producido en la frente,justo encima de la órbita del ojo izquierdo,y que no conseguía ocluir a pesar de que sujetaba fuertemente un pañuelo sobre ella.Alli,pensativo,observaba como la zona de la cubierta en donde me encontraba se iba tiñendo de color vinoso,sanguinolento.La reyerta había sido muy desigual,en proporción de veinte a uno en mi contra,y ya me encontraba ajusticiando al décimotercer cabrón cuando el capitán,un par de suboficiales y varios marineros hicieron acto de presencia,armados hasta los dientes,y lograron detener la contienda.El capitán no precisó de explicaciones,percatándose de inmediato de lo sucedido y actuó en consecuencia: arrestó a los croatas supervivientes que habían provocado el altercado y ordenó arrojar al mar,tras una breve misa ortodoxa,oficiada por el mismo,como máxima autoridad civil y eclesiástica a bordo,los cadáveres de los infelices que habían osado atacarme.Me llevaron a la enfermería y el oficial médico comprobó con incredulidad que me habían asestado varios golpes mortales,además de centenares de heridas,rasponazos,contusiones e incluso mordiscos.Asombrado me preguntó de donde era y de que pasta estaba hecho,para haber sobrevivido a aquellas bárbaras agresiones.Restándole importancia,en la línea de humildad que me caracteriza,le informé acerca de la bendita tierra en que nací,empleando en la pormenorizada explicación apróximadamente una hora y media.El oficial médico siguió mi conversación con vívido y cortés interés,al tiempo que iba colocándome unos aparatosos vendajes,pero al advertir por mi parte que empezaban a cerrársele los párpados,atajé la narración y cambié de tema.

Todo había empezado un par de dias antes,en Atenas.Mi mujer y yo habíamos querido rememorar un viaje en crucero realizado con unos amigos,pero esta vez por nuestra cuenta,contratando directamente en cada puerto.Habíamos volado desde Madrid y en el avión mi mujer pilló un resfriado,sensible como es,a los efectos del aire acondicionado.En el hotel de la capital griega su estado empeoró,aquejada de estornudos,tos y febrícula.Mi intención era permanecer a su lado hasta que se repusiera,pero ella se negó en redondo: "haz esta etapa del viaje solo y pasa a recogerme cuando mejore,estaré bien,el Dr. Panionios me atenderá".Yo le eché una mirada inquisitoria al galeno,un joven,apuesto y bronceado griego,y dudé unos instantes,pero ante la terca insistencia de mi esposa,no tuve más remedio que dirigirme al puerto de El Pireo para contratar la travesía a Mykonos.Recogí unas pocas prendas de ropa en la maleta pequeña y me despedí.

El barco pertenecía a la naviera "Panteleos Cruises" y se llamaba "Naxos Star".Tenía capacidad para unos 200 pasajeros y partía esa misma tarde.Toda la tripulación era de nacionalidad griega,y los pasajeros de procedencia variopinta,ya que incluía,entre otros, a italianos,franceses,alemanes,ingleses,griegos,turcos,e incluso una pareja de españoles (de la Almunia de Doña Godina),si bien había un grupo de croatas cuyo aspecto y actitud no presagiaba nada bueno.La embarcación,pese a su pequeño tamaño,era rápida y en apariencia la navegación se presentaba plácida: apenas se notaba el ligero vaivén provocado por las escasas olas hendidas por la proa. De acuerdo con la información que me habían facilitado al adquirir el pasaje,debería arribar al puerto de Mykonos al dia siguiente por la noche.Sin embargo unas horas después de zarpar,las condiciones meteorológicas cambiaron bruscamente y una mar rizada,acompañada de viento de levante,comenzó a deslucir la agradable travesía marítima.Hasta ese momento,tras la cena servida con esmero por un oriental muy garboso en el coqueto y elegante comedor,reinaba un ambiente distendido y festivo.Incluso los croatas,ya en el bar,comenzaron a entonar unas simpáticas canciones tradicionales de su pais,acompañadas por palmas del resto de pasajeros...

Por desgracia,cuando el barco comenzó su baile,se detuvo de golpe la fiesta y los alegres pasajeros,ya algunos afectados por el inevitable mareo,fueron desfilando hacia los camarotes.Un tanto pasadillos de alcohol,los croatas se negaban a aceptar la situación y querían continuar su jolgorio particular.Cuando se retiraba la pareja de españoles,les preguntaron su nacionalidad y al serles revelada,la tomaron con ellos;por cierto la mañica,una morena muy agraciada,estuvo especialmente correcta,a pesar de ser objeto de incipientes bromas de mal gusto y comentarios zafios,captados por mi al ser expresados en inglés.La pareja logró retirarse sin que las cosas pasaran a mayores y nos quedamos en el bar el grupo de croatas y yo,que estaba saboreando mi clásico "gin tonic" de Tanqueray y Nordic Blue.Seguí distraídamente su conversación,mientras contemplaba como el agitado y oscuro mar salpicaba los cristales,y pude entender que comentaban que hacía unas fechas la selección croata de waterpolo había perdido contra la española en unos campeonatos mundiales.A mi,ciertamente,ese deporte no me gusta nada,sobre todo a partir de haber visualizado unas imágenes subacuáticas que habían pasado por televisión,en las cuales se veía como los musculados nadadores,en la piscina,se abrazaban y empujaban entre sí,sujetándose con las manos,brazos,piernas,e incluso se agarraban del escueto bañador,en una actitud que más que competitiva me pareció otra cosa: demasiado roce para mi gusto personal.Sobra decir,por tanto,que no estaba al tanto de tal acontecimiento.Sin embargo mis desagradables acompañantes,por lo que se ve afectados por la derrota,debieron suponer mi nacionalidad,o alguien se la comunicó,y comenzaron a expresar comentarios desconsiderados sobre mi país.Con la decidida intención de calmar los ánimos les hablé de lo hermosa que me había parecido la ciudadela de Dubrovnik,y como no recordaba en ese momento ningún otro personaje de su nacionalidad,saqué de la memoria a "Davor Suker",gran jugador y goleador que había militado en el Sevilla,en el Real Madrid,y por supuesto en la selección croata,con la que había realizado un gran papel en unos mundiales...

El "buen rollo" con los croatas duró apenas unos minutos,ya que enseguida volvieron a la carga contra los españoles,insultando gravemente al sexo femenino,y especialmente a Ana Obregón,pareja de Suker en su paso por nuestro fútbol,a la que tildaron,groseramente,de "mujer de mala vida",pero utilizando otros términos.En este punto tengo que decir,acerca de la mencionada señora o señorita,que me parece una actriz mediocre y que como persona pública resulta un tanto pretenciosa y artificial,queriendo expresar con esto que no siento especial aprecio por la misma;sin embargo,la despreciable actitud que mantenía aquella pandilla de energúmenos merecía una férrea defensa por mi parte,basada en varios datos,a saber:
1)La susodicha nació en el excepcional año 1956,por tanto es de mi quinta.
2)Es mujer,y yo siempre he sido un caballero.
3)Es de mi nacionalidad y me encontraba en aguas internacionales,muy lejos de mi país,lo que siempre alimenta el patriotismo.
4)Como ella misma dijo en alguna ocasión,es bióloga.
Traté de razonar con aquellos descerebrados,aportándoles los datos antedichos,pero el efecto producido fue el contrario al esperado,arreciando los soeces comentarios sobre la dama y mi pais.En ese momento vino a mi mente el recuerdo de los taxistas de Dubrovnik y me fue subiendo la presión sanguinea,que notaba con extraordinaria fuerza en mis sienes.Soy por naturaleza pacífico,rehuyo siempre que puedo toda violencia,incluso la verbal,me considero reflexivo y conciliador,pero hay situaciones en la vida que me llevan al límite y entonces me arranco por peteneras,me ofusco,se me nubla el sentido,y esa parte de mi carácter que se mantiene oculta,pero latente,aflora a la superficie.Por desgracia en esta ocasión no estaba cerca mi mujer,que con su delicadeza habitual habría refrenado mis ímpetus,y liberado de esa brida me lancé al ruedo...

Ahora,tras la batalla,en la cubierta,cavilaba sobre mis actos,nada orgulloso de ellos.Me preguntaba,asimismo,si tenía sentido ese viaje,y llegaba a la conclusión de que ni siquiera el apetitoso estofado de pelicano con el que me habían tentado merecía la pena.Estaba considerando seriamente arrojarme al mar y volver a nado a Atenas...el viento era favorable y con suerte en un par de dias podría alcanzar puerto...

Ediciones El Pedal
Narrativa de Ficción
Copyright 2011
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En la creación del relato "INCIDENTE EN EL NAXOS STAR",el narrador se inspiró para el nombre del barco en la fotografía que se acompaña."Estrella de Naxos" sería el nombre españolizado y alude a la isla de Naxos,perteneciente como la isla de Mykonos al archipiélago de las Cícladas.Está situada más al sur,y probablemente la dejamos a babor en la travesía nocturna hacia Santorini.El nombre de la compañia naviera "PANTELEOS CRUISES",fue incluido,asimismo,como una evidente referencia hacia el más veterano de nuestro grupo de cruceristas.La aparición estelar del dimitido,por ahora,presidente de VIAJES EL NÁUFRAGO,en la fotografía,queda justificada por tratarse de material propio del autor.

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