05 agosto 2011

REGRESO AL PASADO





Me parecía escuchar extraños sonidos a mi alrededor, una especie de agudos chillidos y ecos de notas graves que me resultaban ininteligibles. Hacía un calor pegajoso y me llegaban olores florales dulzones, de fondo, y un acusado olor a quemado muy cerca de mi. Cuando abrí los ojos divisé una enorme espesura vegetal que impedía la llegada de la luz solar. No lograba recordar...el despegue, aunque con un imperceptible temblor, había ido bien. ¿Dónde me encontraba?...salvo un leve dolor de cabeza, parecía que estaba en buen estado...en algún momento algo falló...reconocí la cabina de la nave, cuyos paneles de mando aparecían apagados. Me llevaría algún tiempo reparar los desperfectos...restos del fuselaje se esparcían en derredor, y en uno de ellos se podía leer con claridad "EL PEDAL VOYAGER INC".

Había aceptado la misión a regañadientes. Mucho tuvo que ver en mi decisión la entrevista con Herr Komandantt Leopold, un auriense de la base ribadaviana de St.Andrew's, de ademanes militares y bigote llamativo, que me ofreció una importante suma de "selenis" por la caza de un recalcitrante deudor del Constellation Bank of Eurasia, un tal M.Alonzo.Yo era un apreciado "cazarecompensas" que me alquilaba al mejor postor, tras abandonar asqueado el mundo fácil e hipócrita de la empresa de economía virtual en la que trabajaba. Leopold me informó acerca de aquel tipo, del cual me proporcionó una ficha completa, cuya lectura dejé para más tarde. Pregunté por su perfil psicológico, pero el komandantt se limitó a encogerse de hombros tras un evidente carraspeo post-fumador. "Es escurridizo, de lengua fácil...supuestamente está en Putonio", añadió con cierto énfasis, "pero no lo podemos asegurar...nuestro actual sistema de control está en crisis...aunque ya debería Vd. saberlo...". "Tenga cuidado, el afamado colega suyo J. Lawrence fracasó en la misión anterior" me advirtió finalmente. Más tarde, en mi indecente apartamento de los suburbios, abrí el sobre que contenía la ficha de mi nuevo objetivo de caza. No reparé en el nombre ni en el resto de sus datos personales; memoricé sus facciones y verifiqué que, en efecto, había sido detectado últimamente en el planeta Putonio. Tendría que darme prisa y contratar una nave intergaláctica para la operación, a través de alguno de mis contactos...

Al cabo de un rato logré obtener alimentación para la consola central de la nave. Los sistemas comenzaron a funcionar con un suave zumbido y pude recuperar el diario electrónico de a bordo. Introduje las coordenadas de espacio-tiempo y tras un mínimo intervalo la pantalla empezó a escupir datos... ¡no puede ser! -pensé- ¡tiene que haber un error... !Cancelé el informe y reintroduje las coordenadas...¡aquél maldito ordenador me estaba facilitando los mismos datos que antes...! ¡No había salido del planeta...! ¿Cómo podía ser?. Obtuve varias fotografías en formato 6-D del entorno y las introduje en el sofisticado sistema de mapas con el que venía equipado la nave...sin resultado positivo. Solicité un estudio intemporal ampliado y tras varios nanosegundos, el sistema "matcheó" una fecha: 198,6 millones de años a.C. ¡Por Dios, no era posible...!

Contacté con Albert Tinho, un comerciante interestelar de ascendencia brasileña, muy aficionado a las "caipirinhas"al que había acudido en otras ocasiones. Me comentó que se había retirado, arruinado por competencia desleal, de su negocio de transporte marítimo abisal. Le dije que necesitaba un vehículo interestelar monoplaza, que no resultase muy caro, capaz de transportarme a 3,7 mlux/seg., cubriendo un periplo de 6852,33 cosmocunkas en menos de cuatro "galops". Cuando me informó del nombre del proveedor, no pude ocultar mi malestar: ¡otra vez! -dije malhumorado. Pero Albert Tinho respondió con su pícara sonrisa y me dijo que o ponía más pasta, o que tendría que conformarme...

¡En pleno Jurásico! -grité enloquecido. Aquel engendro de nave me había transportado de nuevo a la Tierra, pero a otro tiempo, y sabe Dios a que lugar... ¡un lugar y una época de la que apenas disponía de datos! .¿Cómo me las iba a arreglar...?.

En el hangar de diseño y contrucción me entrevisté con 19-R-58, viejo rufián androide conocido, medio descatalogado, que tras oirme sin mucha atención me hizo pasar a una de las secciones, donde un tiparrón calvo con una camiseta que rezaba "demolition man" remachaba las planchas de unión del fuselaje con sus propias manos. El androide me dijo que el operario provenía de la lejana luna de Cabralia, y que era muy trabajador, callado y efectivo. Estaba trabajando en un modelo de última generación, muy manejable, construido con material de extraordinaria ligereza. Me acerqué al aparato;al tacto parecía papel de aluminio, y me pareció apreciar bajo la pintura el nombre "Albal". Inquieto, le pregunté al androide si era el nombre de la nave, pero este me contestó con evasivas y finalmente me dijo que era el nombre de un antepasado suyo, ingeniero aeronáutico. ¡Ah,..!      -alcancé a decir, acechado por demasiadas dudas...

Comprobé desesperado que los sistemas de información de a bordo no disponían de datos útiles acerca del espacio-tiempo en el que había quedado atrapado. Intenté recordar las historias que me contaba el abuelo, acerca de una época en la que todavía el ser humano no había aparecido en el planeta. Hace millones de años, tras la división de Pangea fueron apareciendo especies, sucesivamente, hasta que la tierra fue poblada por los grandes saurios. Me estremecí de horror al pensarlo y hurgando en los bolsillos localicé una ración de soma, que tragué de inmediato, para tranquilizarme...

Ya en la nave, en la cuenta atrás para el despegue, recordé fugazmente la visión de las ruedas recauchutadas del tren de aterrizaje. El cabrón del androide me la había jugado otra vez: seguro que me la pegaba en el destino. Suspiré y seguí comprobando el correcto funcionamiento de los sistemas de propulsión y navegación. En el momento de la ignición,una tremenda fuerza me aplastó contra el asiento...cerré los ojos y sentí la vibración acelerada de la cabina. Ignoro lo que siguió después, debí perder el conocimiento y mi mente quedó privada de esa información...

Decidí alejarme de la nave,provisto de los escasos víveres sintéticos de que disponía, e iniciar un sistemático reconocimiento de la zona. Los extraños sonidos se repetían incesantes, y logré captar, a través de los visores HDQ con que iba equipado mi casco, las imágenes de los seres que habitaban las copas de las especies arborícolas: aullaban furiosamente mostrando sus bocas abiertas, llenas de hileras de puntiagudos dientes. Abatí uno de ellos para realizar un estudio preliminar de su composición de ADN, y me encontré con una especie de precursor de simio, recubierto de un pelaje de color azafranado, que me recordó el color del escaso cabello del que disponía uno de mis amigos,al que apodaban "Peli". Tras caminar unos doscientos metros me adentré en una especie de pasadizo, menos cubierto de vegetación. Advertí que el suelo era más duro y escarbé hasta encontrar una capa negra, que evidenciaba una rústica fabricación humana, una especie de asfalto, quizá una via para vehiculos terrestres primitivos. La seguí hasta que un objeto metálico dispuesto verticalmente llamó mi atención...sobre una pieza cilíndrica, alargada, que hacía las veces de soporte de un cartel rectangular, estaba escrito "VITRASA -línea C1-Circular Centro". Caí de rodillas y rompí a llorar desconsoladamente...

Copyright 2011
Ediciones Fantásticas El Pedal


No hay comentarios: