A veces en la vida tenemos la impresión de haber entrado en un bucle del tiempo. Los sucesos parecen repetirse y tendemos a creer que vivimos episodios que ya hemos vivido. Sabemos que utilizamos solo una pequeña parte de nuestra capacidad mental. En nuestra memoria, almacén de sensaciones, tenemos registros de nuestro pasado: el aroma de una flor, la visión de un mar embravecido, el tacto de un cuerpo al que te has abrazado, una melodía, un poema...
Esas "sensaciones" vuelven vívidas a nosotros cuando recordamos, y el desencadenante siempre es una nueva sensación similar a la que tenemos "almacenada". Poseemos, por tanto, una memoria sensorial.
Recientemente he podido experimentarlo, una vez más...
Pero comencemos por el final.
Hace tal vez tres semanas, de manera fortuita, pisé mal y me lesioné el gemelo de la pierna derecha. Bien es verdad que ya iba tocado de esfuerzos anteriores (miércoles y viernes), ya que al contrario que otros no me reservo cuando compito, y haciendo caso omiso a las señales cerebrales que mi marchita mente me enviaba forcé la situación y el resultado ahí está. Pero no soy individuo que se amilane con facilidad y decidí seguir yendo los miércoles, pero en la faceta de guardameta. Pensé: no voy a arriesgar, y de manera paulatina, mi cuerpo irá reponiéndose hasta que pueda jugar de campo. Y efectivamente, la cosa parecía ir sobre ruedas, ya podía corretear, ya podía saltar (si bien con precaución), e iba ganando en seguridad y confianza...
Pero siempre surge algo que no puedes controlar y que actúa como el desencadenante que ya mencioné...
Y recordé.
Ese desencadenante abrió un archivo de mi mente que ya casi había olvidado...
Los recuerdos son difusos, y mucho más en el caso de que se trate de recuerdos de soltero. Estoy acostumbrado a rememorar situaciones personales, sociales y familiares que no van más allá de verme casado y con hijas. Es como si una cabeza borradora hubiese eliminado sucesos de mi vida anterior, y sin embargo bastó un hecho traumático para liberar esa limitación. Yo era joven, muy joven, y estaba disputando un partido defendiendo con ardor la camiseta de mi empresa frente a un equipo que representaba a "Pescanova". Recibí un pase y me disponía a rematar a puerta; era un gol seguro y no dudé en impulsar mi pierna derecha con la potencia necesaria para culminar la jugada. Pero no contaba con el destino: un tal Pedrito, ex-jugador del Celta de Vigo, noble donde los halla, exquisito estilista, habituado a salir con el balón jugado, se cruzó en mi camino...
Resultado: mes y medio de baja con la pierna escayolada. Después vino un período de recuperación, de dudas, hasta que poco a poco volví a los campos de sport y con mis limitaciones físicas y mentales disminuidas pude disfrutar, poco a poco, de la práctica del deporte. No fué mi única lesión, ya que siempre me entrego pasionalmente en todo lo que hago, pero fué, a todas luces, la más dura. Sin embargo con el tiempo la olvidé...
Hasta que el otro día y actuando de portero, como quedó dicho, el desencadenante, en forma de encontronazo con mi buen amigo "jml", alias "demolition man", se encargó de retrotraerme a esa parte oscurecida de mi memoria. El golpe en el mismo sitio, el dolor sordo, la hinchazón posterior, la cojera, se encargaron de enviarme aquellas sensaciones desagradables. Jose está emparentado con los equinos, y como ellos es un animal noble: lo primero que hizo fue disculparse, en este caso como un Señor, no como un caballo (de lo contrario hubiese relinchado, o piafado, y no hablado).Un servidor, como no podía ser de otra manera, aceptó caballerosamente (también debo estar emparentado con los equinos) las disculpas, y posiblemente nadie más se enteró de lo ocurrido. Pero lo cierto es que sucedió y originó ese "flash-back" de mi vida.
Es posible que me retrase en la recuperación. Tal vez deba cuidarme evitando situaciones potencialmente peligrosas, pero soy un celta rubio (bueno ahora blanco), ario y de ojos azules, y aunque refinado y educado, no conozco el miedo. Por supuesto estaré en el próximo partido, dando la vara como siempre. Lamento comunicar que no os resultará nada fácil deshaceros de mi. Tengo la voluntad de supervivencia de las bacterias y los virus y todavía no se encontró el antídoto contra un ser vivo como yo.
No obstante, debo formular una súplica:
"Por favor, Josiño, si me tienes que dar, si no hay más remedio, si tu caracter no lo puede evitar, haz lo posible para no cascarme en el mismo sitio: no tentemos a la suerte".
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La únicas sensaciones que tengo, es una diarrea mental que no me deja trabajar como yo quisira, producto de de los residuos que me queda en la memoria sensorial, cada vez que me torturas con tus escritos.
zzzz zzzz zzzzz
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Me hago eco de tus sensaciones. Las mias son mas cercanas en el tiempo y tampoco, jml, tuvo la menor intención de hacer daño, y de hecho fué el balón quien originó aquel desastre de abombamiento del tobillo (,que me tuvo postrado con la pierna enyesada hasta el mismisimo pubis). Pero menos mal que no tenía intención que si no, ¡¡¡¡ cagondios !!!!!, como diría un amigo de todos, es mejor que lo haga con intención y así creo que todo irá mejor. Está predestinado y aunque no quiera las cosas salen así.
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Sí,
lo confieso,
fuí yo quien mató a Jesucristo
jml
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Como siempre me he perdido en el sermón, solo tengo claro que eres del celta, igual que Mazinho.
Bicos
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