Acuso recibo de tu atenta misiva, la cual es de suponer que
sufrió algún tipo de lamentable extravío, ya que tuve
conocimiento de la misma el lunes 23, tras haber pasado por las
manos de todos los componentes vandálicos (debería escribirse con
"b" de bandas) de los lastimosos equipos de futbito.
En ella te haces eco de la correspondencia personal y reservada
entre José Antonio y yo, acerca del enojoso asunto de Alberto.No
es mi propósito comentar absolutamente nada más acerca del
susodicho asunto, ya que, al haber sido tan profusamente aireado
por todo Dios, podría resultar nocivo para la ya muy deteriorada
reputación del afectado.
Tan solo me gustaría precisar que, en mi modesta opinión, el
hecho de saberse tan cuestionado, tuvo en Alberto un efecto
benéfico que se tradujo en un esplendoroso recital de goles y
juego: se echó la responsabilidad encima, tiró de repertorio,
estuvo brillante, pletórico de fuerza y velocidad, realizó
controles exquisitos, remates inverosímiles, puso ganas, máximo
interés, defendió hasta la extenuación, exponiendo el físico en
cada jugada, se exigió a sí mismo hasta la última gota de sudor,
animó y corrigió a sus compañeros, tapó con sus virtudes los
defectos de los demás y fué jaleado y aplaudido por todos.
Evidentemente yo quedé como un cochero, mal parado, y ya en el
vestuario te puedes imaginar el cachondeo y comentarios obscenos
y soeces que tuve que soportar ("eres un puto
instigador","tuercebotas", "chulo de mierda", "tu largas mucho
pero no juegas nada","matado"....etc).
La consuencia de todo ello es que me encuentro sumido en un
estado anínico lastimoso, no reacciono a estímulo alguno, apenas
como, no duermo bien, comienzo a notar descoordinación
psicomotriz, hinchazón ventral, dolores testiculares, flacidez de
la papada, prurito anal, flatulencia, ventosidades y relajamiento
de esfínteres.He perdido totalmente mi autoestima y soy un
desecho humano.Créeme que estoy considerando muy seriamente el
solicitar el traslado inmediato a algún puesto acorde con mi nulo
nivel actual a Madrid, pues me han comentado las excelentes
propiedades sanitarias que posee la ingesta de agua del
Manzanares, amén de la extensa e importante oferta lúdica de
actividades que presenta esa ciudad, lo que probablemente me
ayudaría a sobrellevar , junto con las drogas y el alcohol, este
triste episodio de mi vida.
Si sabes de algo no dudes en hacermelo saber.
Tuyo afectísimo,
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