La imagen captada nos presenta a un hombre sentado en la parte inferior de un crucero en una zona de aparcamiento, arbolada, situada delante de la entrada a un edificio que a primera vista parece religioso. Si nos centramos en el personaje repararemos en que éste aparece con la cabeza ligeramente inclinada hacia su lado derecho y no mira a la cámara, sino que con la mirada dirigida hacia abajo se concentra en la lectura de algo que
parecen sostener sus manos, y que no alcanzamos a ver. Conocemos la identidad del hombre, aunque seguramente habrá muchos aspectos de su personalidad que acaso ignoremos, sobre todo sus cualidades negativas, sus defectos, aunque tal vez llegado el caso, en el supuesto de que le preguntasemos y el respondiera, podría quizá reconocernos tras un buen rato pensándoselo (sabemos que se trata de una persona aparentemente reflexiva, serena y equilibrada), que lleva muchos años peleándose con su soberbia y su orgullo.
Una mirada más pormenorizada de la fotografía nos permite descubrir que los árboles (plátanos orientales en este caso) están perdiendo sus hojas y que su colorido verdoso-amarillento delata que la época del año es el otoño. Efectivamente, la imagen está tomada en noviembre del 2010 y el individuo fotografiado, del que sabemos que suele decir que todo viaje tiene una motivación, había pasado en compañia de su esposa el dia anterior en Zaragoza, tras un periplo por la Rioja, Navarra y Huesca. El dia en que se obtuvo la imagen, tras un agradable paseo matutino por la ciudad en la que había dormido, se trasladó a Tudela y posteriormente a Ablitas, en donde almorzó, escogiendo para ello el restaurante del Hotel Pago de Cirsus, donde se ubica la bodega del mismo nombre, en un altozano rodeado de viñedos y olivares.
Pero volvamos a la fotografía y reparemos en el fondo de la misma: podemos apreciar una puerta monumental que da a un recinto amurallado e inmediatamente detrás, parcialmente tapada, la fachada de un edificio que efectivamente nos sugiere su caracter religioso. Se trata de un monasterio de la orden del Císter, en concreto del Monasterio de Veruela, situado en Vera de Moncayo, a los pies de la sierra del mismo nombre, en la provincia de Zaragoza. Originariamente del austero románico cisterciense, posee elementos góticos, entre los que sobresale un precioso claustro, y su construcción fué completada en estilos posteriores, renacentistas y barrocos. En la actualidad está siendo habilitado como futuro Parador Nacional de Turismo.
Nuevamente centrémonos en el personaje. La imagen del hombre, en la base del crucero, en el aparcamiento donde a su derecha (a la izquierda según miramos), advertimos la parte trasera de su vehiculo, nos sugiere una aparente naturalidad: sentado, relajado, sus piernas estiradas sobre los escalones de piedra, con gesto serio y concentrado, aparece leyendo algo que sostienen sus manos, como ya se dijo. Sin embargo se trata de una imagen impostada, no es más que una pose. El individuo no lee, sino que finge que lee. Es absolutamente consciente, además, de que está siendo fotografiado, en este caso por su esposa. Ahora desvelamos otro de sus defectos que antes omitimos para no importunarle demasiado: estamos ante una persona envidiosa. Si, se trata de un envidioso que se aposenta, en un remedo o imitación, en el mismo crucero en el que Gustavo Adolfo Bécquer recibía y entregaba su correo, durante su estancia por motivos de salud en el monasterio, hace casi 150 años, en donde escribió su obra en prosa "Cartas desde mi celda". Hasta allí se desplazó nuestro envidioso, soberbio y orgulloso personaje, en busca de una ilusoria luz que le iluminara la mente en pos de alcanzar una mínima parte del romanticismo y el estilo literario de uno de nuestros mayores exponentes poéticos en lengua castellana. Puede que el hombre de la imagen aduzca en su descargo que en realidad quiso, cual devoto, honrar la memoria del glorioso escritor paseándose respetuosamente por estancias y lugares en los que aquel había vivido y creado, pero tal manifestación no resulta verosímil; es más, podríamos incluso recordarle al sujeto en cuestión que en el supuesto de que esa circunstancia fuese cierta le sería fácilmente aplicable el atinado refrán "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".
" Las musas no están al alcance de cualquiera".
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LA MADRE QUE ME PARIO
ZZZ ZZZZ ZZZZZ
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Le eche cojones y fui capaz de leerlo hasta el final, soy todo un tío!
También es cierto que me animo a la lectura la esperanza de ver alguna foto del crucero que hicimos juntos, que iluso !, no se me ocurrió pensar que lo único parecido que tu tienes al tal Gustavo Adolfo es lo de la celda donde había que encerrarte.
Si Adolfin quisiese escribirle alguna misiva a sus amigos no los engañaría llamando crucero a un CRUCEIRO.
Tramposo no me cojes en otra.
Enviado desde mi iPhone
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Gracias Jose por tus palabras, cargadas sin duda de buenas intenciones, pero pensar en vosotros, además de producirme un enojoso e insoportable dolor de cabeza, sólo añade más depresión a mi desquiciado estado anímico.
Veo mi futuro como el del eremita, alejado de todo y todos, adscrito a una existencia mística basada en una dieta frugal y destinada a la vida contemplativa y la meditación. Me haré amigo de los sapos, los ratoncillos de campo, los jilgueros y sobre todo de los gusanos, esos animalillos cuyo ADN coincide tanto con el nuestro, con el autoproclamado ser supremo, ese mismo que con su inteligencia acabará con la vida en el planeta.
Estoy tan deprimido que me voy a tomar ahora mismo un gin-tonic de Tanqueray con Nordic blue, ¿te apuntas?.
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Observando la fotografia, me acuerdo de la LEY DE NEWTON, con la salvedad de que el estaba debajo de un arbol.
zzz zzzz zzzzz
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Le eche cojones y fui capaz de leerlo hasta el final, soy todo un tío!
También es cierto que me animo a la lectura la esperanza de ver alguna foto del crucero que hicimos juntos, que iluso !, no se me ocurrió pensar que lo único parecido que tu tienes al tal Gustavo Adolfo es lo de la celda donde había que encerrarte.
Si Adolfin quisiese escribirle alguna misiva a sus amigos no los engañaría llamando crucero a un CRUCEIRO.
Tramposo no me cojes en otra.
Enviado desde mi iPhone
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Gracias Jose por tus palabras, cargadas sin duda de buenas intenciones, pero pensar en vosotros, además de producirme un enojoso e insoportable dolor de cabeza, sólo añade más depresión a mi desquiciado estado anímico.
Veo mi futuro como el del eremita, alejado de todo y todos, adscrito a una existencia mística basada en una dieta frugal y destinada a la vida contemplativa y la meditación. Me haré amigo de los sapos, los ratoncillos de campo, los jilgueros y sobre todo de los gusanos, esos animalillos cuyo ADN coincide tanto con el nuestro, con el autoproclamado ser supremo, ese mismo que con su inteligencia acabará con la vida en el planeta.
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Observando la fotografia, me acuerdo de la LEY DE NEWTON, con la salvedad de que el estaba debajo de un arbol.
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