Encuentros en la 3ª fase

El relato que sigue es de ficción.Los personajes y las situaciones son inventadas.Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

La luz iluminaba lateralmente desde el este los abedules,arces,castaños de indias,ginkos,nogales y demás árboles que Doña Corina ordenó plantar delante de mi casa.En el frescor matutino de la soleada mañana otoñal del domingo aspiraba el aire,inundando mis pulmones y me sentía poco a poco revitalizado.Mi mente se iba despejando,dejando atrás los restos de sopor provenientes de la noche anterior,y un leve runrun ,sin duda resaca de la ingesta alcohólica,se resistía todavía a abandonarme.El vientre daba señales de clara inestabilidad y en la boca la sensación de sequedad denotaba que una vez más me había pasado de la raya.

El paseo entre el verdor de la hierba y la agradable brisa que se hacía más patente en las sombras,iban provocando en mi una vivificante y progresiva presencia de ese bienestar gratificante perceptible en ciertas ocasiones en que la voluntad va dejando paso al poder de los sentidos.Vamos,que tenía ganas de gritar al mundo:

¡Carallo,qué ben me sento!.

Decidí sentarme en un banco delante de la cascada artificial y aprovechar los rayos de sol que a esa hora todavía carecía de fuerza,al tiempo que,relajado y plácido,dejaba vagar a sus anchas mis pensamientos.Debo precisar que a pesar de la opinión de algún mal pensado,me considero una persona reflexiva,de espíritu sosegado y proclive a la melancolía,sin que de ello deba deducirse que sea inactivo o indolente.

Al cabo de un rato una persona se sentó a mi lado haciendo un leve movimiento con su cabeza a modo de saludo.Yo respondí de la misma manera y le sonreí,sin recibir a cambio la debida sonrisa de correspondencia que todo manual de urbanidad recomienda.Un tanto incómodo por la mencionada circunstancia traté de refugiarme en mis pensamientos,pero ya había detectado un aire familiar en su rostro.Automáticamente en mi cerebro se abrió una ficha que contenía los siguientes datos:

"Varón,49 años,180 cm,complexión normal,pelo ralo claro con presencia de canas,83 kgm,ojos marrones oscuros,gafas de montura metálica,aire de seriedad sin llegar a la severidad".

Con esos datos traté de obtener el nombre del individuo,pero mi mente se negaba a darme el dato.Concentré con disimulo mi atención en él,y de inmediato detecté un "bip" que se repetía a intervalos regulares.Me volví,miré a mi alrededor y no había nadie más que portase instrumento tecnológico alguno.Instintivamente me agaché y revisé el suelo debajo del banco y en los alrededores sin resultado positivo.Miré a mi acompañante,que esta vez se volvió y sonrió,vió la hora de su reloj de pulsera y tras ello extrajo un teléfono móvil del bosillo de su chaqueta que manipuló durante unos minutos,carraspeó y lo volvió a guardar.Este hecho me tranquilizó y pensé que el sonido provenía del mencionado teléfono,por lo que momentáneamente me entretuve en la visión de unos pajarillos que a graciosos saltos,con sus patitas juntas,piaban y picoteaban del suelo parte de su sustento diario.Sin embargo la inquietud de nuevo se apoderó de mi al apercibirme de algo anormal.............

¡La sonrisa!.¡Eso es!,¡la sonrisa!-"pensé,mientras un escalofrío recorría mi espalda".

Paralizado por el miedo permanecía atento a cualquier movimiento del sujeto que estaba sentado a mi lado,taciturno,al tiempo que se oía el "bip" repetido en intervalos exactos.Su sonrisa no había transmitido sentimiento alguno,me había parecido artificial e inhumana pero no había reparado en ello debido a que mi atención se desvió en la búsqueda del emisor del sonido.Me reconcentré en la búsqueda de la identidad del propietario de esa sonrisa cuya única emoción transmitida en mi fué el miedo,pero a pesar de mi acreditada memoria era incapaz de dar con ella.

Cada vez más dominado por el pánico comencé a sudar copiosamente un sudor frío.Sentía el fluir de la sangre en las sienes y mi corazón se aceleraba cada vez más.Tenía la boca seca y me costaba respirar.Ese "algo" inhumano,que a esas alturas yo tenía claro que no era de este planeta,sino un extraterrestre o un robot biológico de incierta procedencia,se puso en pié,volvió a saludarme con el inicial movimiento de cabeza,íntrodujo su mano derecha en el bolsillo de su pantalón y cuando ya iba a desvanecerme al pensar que sacaría algún arma intergaláctica con la que fulminarme,vi aparecer delante de mi una cajetilla de cigarrillos "Winston" de la que extrajo uno,lo encendió,aspiró una bocanada,se dió la vuelta y se marchó,volviéndose de vez en cuando con aquella extraña sonrisa y agitando su mano en una especie de señal de despedida.

Después de unos minutos,cuando ya se había ido,más calmado,me levanté y regresé a casa.Nada más llegar,nerviosamente le dije a Puri:

-¡Acabo de tener un encuentro en la tercera fase!.

-¿Qué dices Vituco?.¿Estás loco?-repuso ella.

-¡No estoy loco!-repliqué.¡Te aseguro que acabo de ver a un extraterrestre!.

Ella,cariñosa y protectora se acercó a mi,me abrazó y me dijo con suavidad:

-¡Pero hombre,acabas de estar sentado con Américo!.¿De qué estuvisteis hablando?.

Y fué entonces cuando se abrió el fichero correcto en mi cabeza,mostrándome claramente la identidad del sujeto con el que había coincidido en el parque.

Decididamente,la edad y ese cabronazo de ADO ADO me habían jugado una mala pasada.

Copyright Reverendo
2007 Ediciones El Pedal
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Américo:

Me alegra ver que en el traslado entre oficina y oficina tienes "tambien" tiempo para seguir tu brillante
carrera narratoria, haciendo tiempo mientras esperas la tan deseada jubilación, momento en el cual tendrás mucho más tiempo para dedicarle, con lo que las narraciones serán mucho mas voluminosas, con lo cual
yo me daré de baja de este grupo de distribución.
Con respecto a la narración misma, está bien pero el final es muy triste, yo lo cambiaria.

Saludos

Posdata: Alberto está bastante enfadado contigo, por la cena del otro dia, y ya no te habla, me ha pedido que te diga "ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ"
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Vituco:
Querido Américo:

Observo con estupefacción e incredulidad que estás molesto conmigo.Tu correo me llegó lleno de bilis verdosas de cuyo aspecto prefiero no hablar,junto con un tufo hediondo a azufre cuya procedencia prefiero desconocer.
Ya me temía algo así,por lo que expliqué,creo que con la debida concrección,que el relato era inventado y que no había correspondencia con personajes reales.Ya sabes que te tengo en gran aprecio y por si te habías olvidado,ahora te lo recuerdo.
Efectivamente,no veo llegado el momento de mi prejubilación para dedicarme a la jardinería de bonsáis,a la taxidermia (no seas bruto y vayas a pensar que consiste en el cuidado de la carrocería de los taxis),a la papiroflexia (gimnasia de la papada),a la horticultura de transgénicos y especialmente a la confección de pequeños relatos que amodorren a los compañeros en activo.
Entiendo que el final no te guste.Es cuestión de idem.Pude haber puesto otro pero no doy para más.
Lo de Albertinho es bastante normal,pero yo no fuí el causente de su malestar.Seguramente se atragantó con los bigotes de alguno de los camarones que pusimos.

Recibe un emocionado y fraternal abrazo,
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