
Amanece en Beade y lánguidamente la tenue luz va perfilando un horizonte de promesas para un nuevo día.
Amanece en Beade y lo hace de una manera especial,alegrando los corazones con el piar de los gorriones,inquietos y excitados ante la belleza de la mañana.
Amanece en Beade y los árboles extienden sus ramas hacia los incipientes rayos de sol,como queriendo recibir con amor la bendición de su calor de vida.
Amanece en Beade y el frescor acaricia los rostros de las personas que se saludan contentas,antes de iniciar sus quehaceres.
Amanece en Beade y los campos agradecen la cercana aparición del astro solar,asomando imperceptibles brotes que alegrarán,en la cosecha,a los esforzados campesinos.
Amanece en Beade y un halo de armonía y quietud se tiende sobre todos los seres vivos,mientras los habitantes de las viviendas residenciales de la zona se desperezan para afrontar el recién estrenado día.
Amanece en Beade y la desagradable voz del Peli rompe con el encanto de la mañana,una vez más,preguntando a su inmerecida esposa:
- ¡CAGONDIOS,NENA!,¡DÓNDE ME PUSISTE LOS CALZONCILLOS!.
La pobre de Maribel,el rostro marcado por el hastío,el aburrimiento y la decepción,tras innumerables jornadas de aguante,dirige la mirada hacia su desgreñado y cada vez más decrépito marido,y tras echarle un vistazo de arriba abajo a aquel adefesio,le responde dulcemente:
-¡No ves que los llevas puestos,Josantonio!.
Amanece en Beade,y un viento repentino aproxima apresuradamente nubarrones de lluvia.
Amanece en Beade y los gorriones abandonan su frenética actividad y con una tristeza infinita dejan de trinar.
Amanece en Beade y los árboles retuercen sus ramas sobre si mismos,en actictud defensiva.
Amanece en Beade y las personas,iracundas,se insultan unas a otras,enseñando sus fieros dientes (los que los tienen).
Mas que amanecer parece que la noche cae en Beade,cuando un ufano Josantonio sale feliz de su madriguera y a bordo de su potente Peugeot dotado con los últimos artilugios se dirige a su centro de trabajo con la clara intención de joder la mañana a sus desgraciados compañeros.
Copyright Reverendo
Ediciones El Pedal
2006
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